Domingo 4 de Diciembre de 22

"No sé ni lo que hice", dijo el entrerriano Martínez sobre la jugada salvadora

A 10' del final, el defensor se jugó la vida para evitar el 2-2 y aunque el tapadón agónico del Dibu Martínez se robó los flashes, la acción del gualeyo tuvo un gran valor y fue determinante para conseguir el pasaje a cuartos del Mundial.
"No sé ni lo que hice", dijo el entrerriano Martínez.
"No sé ni lo que hice", dijo el entrerriano Martínez.
Fue tal cual lo sintetizó el protagonista. "No sé ni lo que hice. Sentí que la pelota se fue afuera y para los defensas es gritarlo como un gol". La salvada épica de Lisandro Martínez se festejó igual -o más- que los tanto de Messi y Julián y el flashback del cierre histórico de Mascherano a Robben en Brasil 2014 fue instantáneo.

A 10' del final, el defensor se jugó la vida para evitar el 2-2 y aunque el tapadón agónico del Dibu Martínez se robó los flashes, la acción del defensor tuvo un gran valor y fue determinante para conseguir el pasaje a cuartos del Mundial.

Al igual que ante México, Lionel Scaloni se la jugó por el central del Manchester United y apenas comenzado el segundo tiempo armó una línea de cinco defensores tras la lesión del Papu Gómez.



Y tras el inesperado descuento que envalentonó los canguros, se convirtió en héroe y le impidió a Aziz Behich convertir el mejor gol del Mundial: a lo Messi, el lateral izquierdo encaró, dejó a tres jugadores en el camino, desparramó a Otamendi con un enganche y cuando estaba listo para sacar el remate con su perfil menos hábil, Licha realizó una salvada milagrosa con su pierna derecha.

Con el puño apretado y un grito de guerra, lo festejó como si fuera el tercer gol de Argentina, antes del cuarto del Dibu en tiempo de descuento. La foto quedará enmarcada en la historia al igual que la de Masche, pero no fue la única acción destacada del nacido en Gualeguay, que se convirtió en el jugador número 13 de Scaloni en Qatar.

Haciéndole honor al apodo que le pusieron en Manchester con una bandera argentina y un cuchillo de carnicero, Lisandro no se achica en las difíciles y con sus 175 centímetros se bancó marcar al gigante Harry Souttar, defensor de casi dos metros que se fue a jugar de 9 en los últimos minutos.
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Aunque se comió un codazo del lungo, bancó la parada, sacó todo lo que pasó cerca suyo y en la última, cuando no pudo rechazar el centro y la pelota le quedó a Garang Kuol, el otro Martínez se agigantó.

La garra de Licha lo llevó a ganarse el amor de los hinchas del United en suelo inglés al grito de "argentino, argentino" y a convertirse en una pieza confiable en la Selección, donde tiene una motivación extra que se llama Messi: "Su desgaste y verlo dejar la vida en los últimos segundos te pone la piel de gallina. Tenerlo de compañero es un orgullo y haremos todo por él".